Soy una bailarina proyectada en un avatar, guiada por un corazón que narra una historia, donde la danza surge en la adultez. Las rarezas de mi cuerpo han sido un camino para conocerme, y trabajar desde mi esencia. No hay técnica que se inyecte en mí; mi cuerpo se funde a la técnica. La IA logró perfeccionarme con datos únicos de mi ser, que yo misma proporcioné en un largo camino de autoconocimiento, control y disciplina. No es igual hacer una “Piruett” con una vértebra menos que con una columna perfecta. La inteligencia y el amor por el movimiento crearon armonía.
Autor : Barbara Gatica
Carrera : Intérprete en Danza
Qué sensación más rara. Recuerdo cómo se siente el adormecimiento de las extremidades, cuando las dejas en una posición por mucho tiempo. Eso siento ahora. Me soy ajena, dentro de mi propio cuerpo. Desde que ocurrió, no me he podido mirar. Pero tengo un espejo a mi lado, y no puedo dejar de pensarlo. Espejo en mano, frecuencia acelerada. Trato de mirar, pero la luz roja parpadeante, que está dentro de mi ojo, me confunde. Mi nariz, ahora, es un pedazo de metal por donde, se supone, debo respirar… ¿Aire? Nitrógeno, oxígeno, argón y CO2 envasados, para ser más precisa.
Autor : Martina Céspedes
Carrera : Comunicación Audiovisual y Multimedia
Entre los píxeles que electrifican tu alma, ¿tienes la libertad de existir, sin la necesidad de aguantar la respiración para que tus emociones no exploten, al estar entrelazadas con los cables que ellos llaman “buenas costumbres”?
Entre los píxeles que le dan vida a tu eléctrica ciudad, ¿la libertad es más que un utópico concepto, que venden mientras rediseñan los alambrados que te mantienen como una eterna jugadora de la interminable partida que ellos llaman “adultez”?
Entre los píxeles que prometen un mejor futuro, ¿puedes sentir, sin el riesgo de causar un cortocircuito en la cárcel que ellos llaman “sociedad”?
Autor : Catalina Alcayaga
Carrera : Traducción e Interpretación en Inglés
Año 2056, me encontraba bajo la luz pálida, en mi último suspiro, le supliqué a la vida una oportunidad, pero la naturaleza siguió su curso.
Desperté en la incertidumbre, junto a la dama de hierro, caminé por su jardín floreado, como siempre deseé. Llegué a Paris Sorbonne Université, donde impartí las clases de mis sueños, todo fue tal como siempre imaginé.
Vi las dalias moradas marchitar, clamando por piedad, y me percaté del fin de mi viaje. Al abrir los ojos, respiré una última vez y aprecié lo que fue el holograma de mis últimos deseos.
Autor : Saúl Cerda
Carrera : Traducción e Interpretación en Inglés